miércoles, 4 de marzo de 2009

Fastos, guateques y fiestas de guardar ( I )

"Espero que hayamos superado la prueba"

En un ejercicio que nos ha costado lo nuestro (no se puede ser tan desastre de manera casual, hay que esforzarse de verdad) este humilde blog sigue la tradición de llegar mal y tarde a los homenajes, efemérides, bodas, bautizos y comuniones de cualquiera y no iba ser menos con el cuadragésimo aniversario del concierto en la azotea de Apple de los Beatles. Y con esto, y sin proponérnoslo, entramos directamente en la semana Beatles (si unimos el anterior artículo del excelso compañero 61&49), que viene a ser la respuesta garajera a las ofertas irresistibles de otros centros comerciales, pronto iniciaremos los 8 días del beat o las rebajas del soul, A su tiempo.

Y qué vamos a hacer: ¿una crítica sesuda de la importancia de tan magno acontecimiento? ¿Un comentario inteligente e impagable que divida a nuestros ávidos lectores entre la loa y la genuflexión reverencial? Saben perfectamente que no estamos a la altura en ambos casos, así que vamos a tratar de hacer un remiendo, un bodoque, una suerte de manual de primeros auxilios por si les ocurre tener un grupo de éxito internacional y conocen alguna azotea libre…


beatles rooftop concertA ver... quién se ha dejado el coche en doble fila, John, no mires para otro lado que tienes todas las papeletas.


Ingredientes


La facha: (nótese el género del determinante para evitar confusiones). Para esto hemos partido de la base de que van a tener acceso a los armarios de madres, abuelas y tías con derecho a estirar carrillos. Teniendo esto en cuenta, lo primero es decidir quién llevará cada prenda: así uno tendrá que ponerse el traje negro del abuelo, que debe estarnos algo rabicorto y tener una tarjeta de visita de los salones Piscris en un bolsillo. Otro tendrá que hacerse con el abrigo de chinchilla negro para que luego sea revindicado por la movida madrileña.

Los peor parados tendrán que conformarse con el abrigo de pieles (ideal para el frío mañanero, pero poco adecuado para ir a una tomatada de ese pueblo que una vez al año es protagonista gracias al telediario de Antena 3) y con una chaqueta de cuerazo rojo que seguramente sea tendencia en algún momento de la pasarela Cibeles. ¿Todos listos?, ¿sí? Como lo más normal es que no tengan ninguna de las prendas a su disposición., habrá que conformarse con el chándal de tactel, el abrigo cedrecero, el traje de chorrerras azul y el igloo (falso, por supuesto). Como diría Homer: ta bien, te bien. Pasemos al siguiente punto.


beatles concierto azoteaAdivinen: aquel día les dijeron que no iban al parque de atracciones y sí al dentista. (Oh no, ya estoy mezclando cosas de mi propia vida con el bloc).


Las pintas: En esta efemérides no están admitidos señores sin folículos pilosos a flor de piel, por lo que las barbas postizas que tan buena salida tenían en "La vida de Brian" son aquí utilísimas. Hagamos recuento: necesitamos dos barbas, una recortadita, otra desaliñada, el bigote de Antoñito Alcántara en Cuéntame o de Antonio Resines en los años 80. Por otra parte los pelos largos, lacios y sueltos tan indispensables como la patillaza también o en su defecto el pelazo afro para el que haga de Billy Preston (personaje nada querido en este juego -cual enano en el Golden Axe- debido a que hay que cargar con el tecladito).


Los instrumentos: llegamos a un punto delicado, porque se nos sale la cosa de presupuesto de mala manera, como si de una una obra en casa se tratara. Por resumir: necesitamos un bajo Hofner con forma de violín, una Epiphone Casino lijada, una Fender Telecaster Rosewood, una Ludwig Clásica de arce (sin pintar, que se puso de moda) de finales de los sesenta y un Fender Rhodes para el bueno de Preston. Si no han ido sumando, mejor no lo hagan y prueben con el laúd del primo que tocaban la tuna para ligar (sigue soltero), el casiotone y la batería de cocina de tu casa, que por si no lo saben, el Superpoly de Falomir juegos es casi, casi, igual que el Monopoly.


beatles get backLa misma foto en color, que no recordaban que George fuera hindú? (pues mira que dio pistas: el sitar, el maharishi...). La pregunta importante es: ¿está realmente muerto Homer Simpson?


El emplazamiento: aquí la especulación inmobiliaria ha terminando con la posibilidad de hacer en un concierto en cualquier sitio, pero si insisten les recomendamos que no intenten montar los amplificadores, batería y órgano en esas bonitas cornisas triangulares de los chalés de las afueras porque la cosa puede acabar como el rosario de la aurora. Desestimado esto, nos queda tirar por las grandes urbes y sus edificios de más de dos plantas. Recomendamos el regateo con los porteros de fincas, especialistas en controlar el flujo de extraños por sus edificios. Sus víctimas favoritas suelen ser los carteros comerciales, pero cualquiera es susceptible de tener que pasar por el: “chist, chist, chaval, a qué piso vas”. Superado este obstáculo (para el que recomendamos tener un Mal Evans o cabeza de turco de turno), sólo hay que apretar el botón del sexto o pisos sueriores, forzar la cerradura con una cizalla, montar todo el escenario, llevar a unas cuantas personas para que ejerzan de testigo, buscar un enfuche o varios, hacer el juego de la pajita más corta para ver quien es el portavoz cuando lleguen los antidisturbios…


Bueno, pues esto es todo, salvo un San Pancracio, que como diría mi madre nunca viene mal. Así que: tienen la facha, las pintas, los instrumentos y el emplazamiento. Todo perfecto; menos que, por alguna razón que no comprenden, el primer acorde que tocan (seguramente Mi menor) no te hace sonar precisamente como estos señores que tocan el de vídeo de aquí abajo. Normal, estamos hablando de los The Beatles, que incluso en horas bajas (en 1969 estaban más concentrados en tirarse trastos a la cabeza que en seguir con el grupo) eran capaces de entregar obras maestras sin despeinarse como la conocida 'Get Back', la honesta y sentida 'Don Let My Down', la bicéfala, genial y ocasionalmente olvidada 'I Got a Feeling', 'Dig A Pony' y como ironía final 'One after 909' (una de las primeras canciones compuestas por Lennon).


george harrison simpsonGarajeland recomienda a sus lectores epilépticos que pongan la mano en la mitad inferior de esta foto para evitar disgustos


Un grupo todavía lleno de talento, agotado de ellos mismos, pero con una química en el escenario (en la azotea o en el salón comedor) que podrían tener más efectos sobre los casquetes polares que el consabido cambio climático. Señores, hace 30 años que estos muchachos fueron obligados a detener el último concierto de su vida como grupo y nosotros nos unimos al homenaje proporcionando la actuación completa (divida en cómodos plazos, digo vídeos). No obstante, si todavía tienen ganas de emularlos, nosotros denegamos todo conocimiento, excepto si se les ocurre una mejor manera de terminar una carrera musical que las últimas palabras de John Lennon que titulan este artículo. En cuyo caso, somos capaces de hacer el camino de santiago al paso de Fraga, por poner.








P.D.: he sabido que U2 también han tocado en un tejado para la BBC (otra vez, sí). En homenaje al Beatle favorito de mi madre y utilizando sus sabias palabras dirigidas a los Solfamidas:

"Eso ya se hizo" (preferiría haber puesto aquello de "¡qué tipo más salao!", pero no pegaba)


Vuestro amigo en el tiempo, Tomás Verleín


2 comentarios:

Un esquimal onanista (como otro cualquiera) dijo...

Voy haber si encuentro una azotea que en la que podamos colarnos y liarla... ¡Ya tenemos plan para este finde!

Tomás Verléin dijo...

Aviso a nuestros señores espectadores: si ven a un señor vestido como nanuk (el esquimal) en una azotea con una arpón en una mano y una epiphone casino en la otra guarden sus armas de fuego. Que todo es culpa de este post.

Gracias por pasarte por el garaje, esquimal. Es usted un grande!