miércoles, 14 de noviembre de 2012

Nuestros señores independientes favoritos: Ken Stringfellow




Ken Stringfellow - Soft Commands (2004)

Uno de nuestros indies favoritos, un término que me recuerda a otros personajes que circulan por la música mucho menos agradables que este flaco de lacio peluquín, es Ken Stringfellow. Un señor que pese a bañarnos en un concierto (para salvaguardar el horario de comida no diré de qué fluido de los que salían de su boca se trataba) es un individuo a tener en consideración en cada uno de sus trabajos  (y son muchos) en los que participa. A Ken Stringfellow tal vez le recuerden de un matrimonio ficticio con Selma Bouvier y de otros proyectos musicales como Lagwagon y White Flag (o música para montar en patinete), en Chariot, en los más recientes Disciplines, y en una de las debilidades de esta casa como son la Orange Humble Band. Y no acaba ahí la cosa...



Ken Stringfellow en una foto promocional de navidad para el Twister 


Seguramente ya sabrán que ha sido colaborador de Neil Young, de los Long Winters, de Mudhoney, de Snow Patrol, de Death Cab For Cutie, de Cecilia Ann, de los últimos años de R.E.M., en donde coincidió con el amigo de todo el mundo, Scott McCaughey, que le reclutó para muchos de los discos grabados bajo el nombre de Minus 5, entre los que destacan el muy recomendable Down With Wilco, grabado precisamente con Tweedy y el resto de canallas del grupo de Chicago. De lo que ya necesita de poca explicación es de su participación en la reunificación de Big Star que hizo Alex Chilton a principios de los noventa, y de The Posies. Este último su principal grupo desde que se le conoce en los territorios musicales, ejerciendo de colíder junto al regordete Jon Auer durante (y ya van) veintitantos años. No vamos a desgranar la discografía completa de The Posies porque ya es bien conocida, y en caso de no ser así ya puede usted empezar a correr a su tienda de cedeses o fuente de información más cercana y hacerse con sus discos, empezando por Frosting On The Beater y continuando por, por ejemplo, Dear 23 o Amazing Disgrace.



Revisando la chuleta del sombrero de "haga usted el nudo Windsor en sólo cuatro pasos"


Entre tanto trabajo, le ha dado tiempo a participar como guitarrista, bajista, teclista, productor o arreglista, pero si tuviera que destacar una faceta suya sería sin lugar a dudas su voz. Una garganta privilegiada que ha ido depurando a lo largo de los años alcanzando registros que harían temblar de emoción hasta el más machote de los presentes. Sin necesidad de gritar, como parece que es la moda actual entre los supuestos buenos cantantes, Stringfellow se explaya a gusto vocalmente en sus tres (cuatro con el que publicó hace escasamente un mes, Danzig In The Moonlight y del que todavía no he tenido el placer de llevarme a las orejas) discos en solitario.


A destacar entre ellos, Soft Commands, que no valoraré si es mejor o peor que el resto, pero el que a mi entender desatendido representa mejor al Ken cantante. Disco intimista, creado y grabado por las diversas partes del globo por las que se mueve tan inquieto personaje, ya sea por su Seattle natal, su domicilio actual en París o en Estocolmo. Con unos cuidados arreglos y momentos tan dulces como “Any Love”, “Let Me Do”, “You Became The Down”, “Known Diamond”, y hasta una especie de nana, “Je Vous En Prie”, con palabras en francés (suponemos bajo ardua investigación, que dedicadas a su parisina mujer). Tras pasar por los más variopintos instrumentos, Stringfellow se despide con una versión de “Down To The Wire” de Neil Young en su época buffalera. Es cuanto menos curioso, que la voz de un tipo tan huesudo, pueda envolverte tan cálidamente como una manta de lana tricotada por una abuela, pero así es.

Servidor: Bitshare. Contraseña: peluquin


4 comentarios:

Juanjo Mestre dijo...

Hago uso del peluquín y prometo colocármelo antes de que me caiga el cabello. Y ello será por dos motivos: por una parte lo que me ha gustado como se deja las vocales en el minuto 3 y veintitantos segundos, y por otra porque necesitaba terapia, de verdad, la necesitaba tanto como una manta de lana tricotada. Brazzzzzos.

61 y 49 dijo...

@Mr Johnny: Cada vez está más complicado dejar las pelucas a buen precio para que las podáis usar. Aprovechemos.

Esperemos que la consulta no sea flor de un día y se pueda dar un nuevo rumbo a este abandonado bloc, pero lo hemos dicho tantas veces que esto es como esa historia del lobo y el pastorcillo, dicho de forma políticamente correcta: el lobo y el hombrecillo del medio rural que cuida con amor a su ganado no explotado.

Siempre un placer verle por aquí cuando estamos de vuelta. Un brazzo.

Savoy Truffle dijo...

Alegría, claro, como no... He estado muy liado con concursos y demás historias para monologistas y comediantes que para bloggeros, y truhanes como vos aprovechan para meter 3 posts de alto copete...
Me pongo al día. Este Ken en efecto gasta buena garganta, me quedo con este discarro.

A sus pies.

Brazzzos.

61 y 49 dijo...

@Truffle de Chocolata: Gasta garganta cosa fina, lo malo es que según el concierto escupe, y mucho. Los que nos ponemos por las primeras filas de concierto acabamos duchados. Un brazzo.