miércoles, 30 de abril de 2008

¿Como estará ahora la silicona de Paloma?


Emilio Aragón - Te Huelen Los Pies (1990)

Quién más y quién menos se ha encontrado en la ducha tarareando una canción y ha exclamado (no por presencia de maromo que tira la pastillita de jabón): “¡joder!, ¿estoy cantando una canción de las Ketchup?”, es en ese momento en el que empiezas a restregar con fuerza y a entonar una canción de AC/DC o grupo de marcado paquetillo para no parecer un gallifante, pero en el fondo del champú sabes que en ese momento eres un gilí y que si fantaseabas con la posibilidad de que Scarlett Johansson entrará a secarte la has perdido porque te ha visto por una rendija bailando el aserejé. Al igual que en el caso de la ducha feliz, ¿quién no ha visto un pinrrel al viento de un amiguete, y ha empezado a entonar: “escucha bien lo que te digo, amigo te huelen los pies” con la voz de Emilio Aragón en la cabeza?

No hace demasiado tiempo, el secretario de parranda (está vez haciendo honor a su cargo) Tomás Verleín y aquí escribiente, paseábamos a la sombra por discos La Metralleta (conocida tienda madrileña por su ingente cantidad de vinilos, casetes y no apta para dedos con alergia al polvo). En uno de esos momentos en los que giras la cabeza para estornudar consigues divisar un disco de Juan Pardo, ese instante ya de por sí impagable viene acompañado de otro aún mejor, justo al lado está el vinilo original (que no ha sido reeditado) de “te huelen los pies”, disco debut de Emilio Aragón y los Spiders From Mars, todo por un euro, ¿un euro?, si hubiera pagado por lo menos dos por él.


Conozco a dos personas en el mundo que se atan así las zapatillas, y una está en la carcel


Para quién no recuerde Telecinco por aquella época, diremos que Emilio Aragón aparecía más que un concursante de OT en el canal 24 horas, ya sea en el Vip Noche, Vip Guay, Vip Tarde y cualquier variante Vip que se te ocurra. Había que aprovechar la promoción que le daba Telecinco para iniciar una carrera rockanrolera, ya que el tema económico estaba chungo y aún no era posible invertir en Terra. Además, como el canal estaba empezando, su paciencia para mantener en nómina a sus empleados era infinitamente mayor que ahora, es decir, un presentador con un cinco por ciento de audiencia no era puesto en la calle en dos semanas, sino en tres.

La portada muestra a Emilio Aragón demostrando que es fan como poco de (horror) Dire Straits, y que a él le va el Rock bueno. De su expresión forzada sale el título del disco de forma sinuosa simulando que lo que huele es su aliento. La contraportada muestra a Emilio atándose los cordones de unas Converse trajanas compradas en el mercadillo, luciendo calcetines blancos y un peluco muy aparente. Como no podía ser de otra forma el disco se abre con “Te huelen los pies” un buen tema de corte épico y sección de viento pero con una sobreproducción alarmante. El segundo tema es “Cubatita de Ron”, de clara apología a la resaca (la COPE vetaría el disco), y que me ha hecho pensar que mientras merendaba y veía a Rita Irasema este se ponía hasta arriba de cubalibres. “María” es una baladita de cuidado, con un solo de guitarra bien avisado por Emilio diciendo “soloooo ou yeah”. “Cuidado con Paloma” es su otro gran éxito, sobre todo por meter con calzador un nombre que rime con “dí”, quedando nuestra frase favorita de la siguiente manera: “¡Ay…Dr. Pitangui! Que milagros han hecho los millones que te di”. La cara A se cierra con “Ui se mua´” pero no entendemos el francés.


Detalle al estilo 1990: reloj aparente, zapatillas de imitación y calcetines blancos

Al comienzo de la cara B nos encontramos con “Yo tengo una bolita”, canción lisérgica con mensaje satánico incluido “me he tragado una aceituna y la tengo aquí, entre el hueso de la nuez y la nariz”. Le sigue mi favorita, “hey Mr. Waiter”, que cuenta las andanzas de Emilio por Londres intentando alimentarse; como no es posible por la barrera idiomática, la canción acaba con una moraleja merecida “prefiero una tortilla con un vino del país” demostrando que Londres exporta buenos grupos de música pero que se come peor que siguiendo una dieta de productos Hacendado. “Na na na” es la canción que posteriormente plagiarían los Kaiser Chiefs añadiendo un par de “nas”. “422 de Berlín” muestra una facilidad pasmosa para componer estribillos chorra, y el disco se cierra con “Donde estabas tú”, canción de cuarteto vocal que bien recuerda a los solfamidas.

Para despedirme lo hago con una rima forzada al más puro estilo Aragón. No dejen de leer a los payasos de garajeland, que no cuesta na de ná. Y si no quédense con un lema: “siempre nos quedará Rita Irasema”.

Falta un detalle para una orgía completa: a la Juani y al señor Manolo disfrazados de Mama Chicho

1 comentario:

Marc Ambit dijo...

Si es que pillarse un disco por un euro tiene siempre la ventaja de que, aunque sea de Emilio Aragón, uno le puede encontrar la gracia, no? :-)