lunes, 21 de septiembre de 2009

Caminando se llega más rápido

The Ventures


Como se dice en el saber popular, el calor aturulla las neuronas, y a tenor de las temperaturas estivales, nosotros, responsables inconscientes de garajeland hemos padecido lo que bien se conoce como un fundición local del lóbulo izquierdo, que, dilatado a nuestra tabla de surf, ésta se ha visto notablemente perjudicada, por lo que nuestro sueño de siempre de bajar con la tabla al Manzanares ha acabado en una tremenda decepción. Este mes ha sido largo como un mes, y en el mismo, unos supuestos surferos de la costa oeste americana han llegado a una cifra de ventas que hace gotear el colmillo de los tiburones discográficos. Cien millones de discos, arriba o abajo. Son los Ventures, y aunque nuestro José Luis Perales está a las puertas de tamaña gesta, no deja de ser una cantidad nada desdeñable para un grupo que no se prodigaba en tener cantantes y que sentó cátedra en el rock instrumental y en la música surf durante la década de los sesenta.




La formación clásica de los Ventures junto a una elegante japonesa, ahora reconvertida en china vendedora ambulante de latas de Mahou


La historia biográfica y cronológica de los Ventures comienza en las frías tierras del estado de Washington, Pacific Northwest americano (otra vez), corren los felices años cincuenta y Bob Bogle, un joven aficionado a la guitarra eléctrica acude a una tienda de coches en busca de un dichoso Chevrolet del 83 (sí, ya sé que es una relación espacio-tiempo algo confusa). El dueño del parque móvil es el señor Wilson, que con un gran carisma y simulando el ruido de un látigo consigue que Bogle se lleve un coche y conozca a su hijo, Don Wilson, otro aficionado guitarrista y colega desde entonces del bueno de Bob, con el que quedarían para aprender a tocar.


Tocando juntos, tanto Bogle como Wilson logran un éxito escandaloso por la indiferencia con la que eran recibidos en los bares y clubes del noroeste, quizás el nombre del grupo (The Versatones) y el dúo formado no despertaban el agrado del público. Se hacía necesaria la compañía de más músicos, por aquello de repartir los bostezos del público, y para ello se une al grupo un bajista de esos que terminan toda su vida en el grupo, Nokie Edwards. Lo cierto es que el éxito seguía siendo esquivo, hasta un golpe de gracia motivado por una buena elección discográfica en la estantería de la casa de la familia Bogle. Allí encontraron una canción originaria del jazz, pero interpretada por el cantante country Chet Atkins llamada “Walk Don´t Run”, que aunque pudiera parecer un anuncio de Nike, no es así (por aquella época ni la marca, ni las fábricas vietnamitas existían). El grupo decide reinterpretarla de otra manera, con Wilson haciendo de guitarra rítmica, Boogle como enérgico solista y Skip Moore como baterista para la ocasión. La falta de contratos discográficos hace que el grupo decida grabar la canción sin ningún sello que les apoye en los estudios locales de Seattle, con todo un lujo de comodidades: un dos pistas para registrar una canción histórica. Tras sonar como cabecera en un noticiario de la radio local de Seattle, mucha gente pregunta por esa sintonía y el grupo consigue al fin un contrato con Dolton Records (precisamente una de las compañías que les rechazaron anteriormente) que se encarga de la distribución nacional de la canción, alcanzando en pocas semanas el número dos en el Billboard.




Nokie a Wilson: "¿Pero no eramos un grupo instrumental?". Wilson: "Tú calla, que su padre es guardia civil y he dejado mal aparcado el coche"


A partir de este “Walk Don´t Run”, el grupo contrata a un batería que no fuera temporal, Howie Johnson, y la producción de discos empieza a ser morrocotuda, tanto que hasta la salida del grupo de Johnson en 1962 se llegan a sobrepasar la decena de vinilos y una basta cantidad de singles que aparecen continuamente en las listas de éxitos americanas copando varios puestos en las mismas de forma simultánea. A destacar de la primera época canciones como “Perfidia”, “RAM-BUNK-SHUSH”, “Apache”, “Silver City” o “Lullaby Of The Leaves”. Precisamente el fatal accidente de coche que provoca el reemplazo de Johnson por Mel Taylor en las baquetas motiva los cambios más sustanciales del grupo, la formación más clásica de los Ventures se completa con el intercambio de instrumentos que realizarían Nokie Edwards pasándose a la guitarra y Bogle al bajo. De esta manera el grupo va adaptando su sonido a los nuevos tiempos con un poco de Surf por allá (“Wipe Out”, “The Twomp”, ”Driving Guitars”), un poco de Spaghetti Western por acá (“Diamond Head”, ”Hang On Sloopy”), experimentaciones sónicas muy propias de la época (“Telstar”) o un montón de versiones de las canciones más conocidas del pop sesentero, que van desde “Hey Jude” a “Satisfaction” o “Bridge Over Troubled Waters”. Lo que nada cambia son unas inconfundibles portadas (publicidad encubierta de Fender en casi todas) y la inabarcable cantidad de discos editados, siguiendo la misma línea de éxitos anterior, que como se puede ver en la web oficial del grupo rayan a la altura del Alce Pulcro del Señor Burns.




El nuevo plan de reinserción laboral siempre contempla a los grupos de surf instrumental. Aquí se ve la firma del convenio.



A finales de los sesenta las tendencias musicales habían evolucionado hasta la psicodelia, y aunque los Ventures estaban asentados en las entrañas de la música popular americana era una aventura digna de Miguel de La Cuadra Salcedo mantener un cierto nivel de ventas y un estilo de Rock and Roll instrumental que estaba estancado (pero, no, en este caso no fueron los cuartetos vocales los que llenaron el vacío). “Hawaii O´Five” sería el último éxito del grupo, pero su influencia no ha hecho sino más que crecer: siguen dando conciertos manteniéndose en el grupo Wilson, Edwards y Leon Taylor (hijo del baterista Mel); en Japón son idolatrados hasta tal punto que los rumores sitúan las ventas de discos en el país nipón al nivel de The Beatles y la banda sonora de Godzilla, juntos; la enciclopedia británica les cita como una de las grandes influencias en los grupos de Rock; muchos guitarristas como John Fogerty, Van Halen, Steve Ray Vaughan, Gene Simmons (inspirador de Tomás Verléin para su vestimenta diaria), Jeff Baxter o el guitarrista de un grupo de Liverpool, George Harrison, han citado el sonido Venturiano como una influencia en sus inicios. En la web del grupo tienen una completa lista de méritos en la larga trayectoria de los chicos de Tacoma.


Al pinchar en el enlace de abajo puede ocurrir que éste no funcione (seguramente tu empresa no tolera empleados poco productivos) o que si lo haga; si es así, encontrarás un curioso recopilatorio donde hemos mezclado las canciones más conocidas de los Ventures con algunas versiones instrumentales bastante reconocibles. Es posible que no esté todo lo que debería, pero es lo que hay y no hemos dado para más, pero como decía Jebediah Springfield: “Un espíritu noble ensanchece al hombre más pequeño”.

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5 comentarios:

Señor Insustancial dijo...

Grupazo...me gustaría decir algo más pero hay tanto nivel musical que no quiero meter la pata.

A los pies de ustedes.

Space Woody/Jagger dijo...

Grandes Ventures. Precisamente este verano volví a escucharlos mucho tiempo después. Este post podría ser el perfecto reclamo para un tal Troy... Si, ese individuo que se quedó con la herencia de aquel enano que fue devorado por un hipopotamo. Un placer volver a saludar a los dos camaradas: 61y49 & Tomas Verlein. Abrazo.

Tomás Verléin dijo...

Has puesto una de las canciones más inspiradoras para un baterista, Wipeout con esa intro de timbal. La otra inspiración para este conjunto de sindicados musicales es el anuncio de ollas de san ignacio.

Por otra parte, ya que has descubierto que en la intimidad me pongo ropas sacadas del armario de Kiss por lo menos podías decir que:

a) No me parezco nada a Simmons físicamente, al menos a mí no me ha denunciado ninguna chica cuando me quité el maquillaje (de momento)

b) El de las lenguaza toca el bajo (sí, seguro que compone con la guitarra), pero muy guitarrista no es.

Anónimo dijo...

Thank You!

61 y 49 dijo...

Hola a todos (con retraso incluido, como siempre):

@Señor Insustancial: Por favor, si no quiere que eliminemos el Señor que le acompañe diga su opinión sin temor a represalias (creo que me reitero en este tema, José María Villar Dixit), realmente es lo que más nos pone, mucho más que a Melendi su chocolate.

@Wood: Es usted un grande, daba la impresión de que hasta que no volviera no empezábamos a funcionar como conjunto divisible. Le confieso que lo de los Ventures era una cruel estratagema para el regreso Enanil, pero ni por esas.

@Verléin: Esa intro es ideal para tocar al aire mientras crees que la haces igual (sobre todo para ilusionistas como mi menda). ¿Qué no te pareces a Simmons? o eso o el viernes comí con la mofeta de la Warner Bros. Tienes acento francés?

@Anónimo: Your welcome.