Rescatamos este concierto que teníamos algo olvidado en algún lugar entre el verano y la navidad. Corría el mes de Noviembre y como nosotros somos muy previsores hicimos acopio de Mahou antes de que los centros comerciales se llenasen de familias enteras buscando gambas pálidas y algún que otro chándal de tactel. Un par de días más tarde y con nuestro aspecto muy similar al de Beavis y Butt-Head se presentó la señorita diseñadora de este bloc y nos agarró fuertemente del brazo para que fuéramos a la penúltima visita a España de los Osaka Monaurail.
Para definir algo al grupo en breves palabras: Osaka Monaurail se trata de un combo formado por ocho o nueve músicos (yo es que más del siete me pierdo) que realizan unos conciertos basados en la energía que desplegaba James Brown sobre las tablas, con unas cuantas versiones del susodicho y temas de propia cosecha; con la particularidad de que estos elementos no vienen de Chicago, ni de Nueva Orleans, ni de cualquier lugar con un mínimo vestigio de Soul, sino que proceden de Japón. Soportamos algunas burlas de los más escépticos sobre el tema de ir a ver a japos que azotan este estilo tan poco asociado al país donde el medio de transporte es el terremoto. Cosas de la globalización pensaba. ¿Pero acaso no triunfaron Los Del Rio en medio mundo? El señor Efraín “Purple Rain” (gran experto en este tipo de saraos Funkis) nos recomendó sobremanera la asistencia y allí nos presentamos en una llenísima Sala Caracol.
Con cierto retraso como es habitual, sale a escena el grupo, que sin el cantante presente se van cascando temas instrumentales con un sonido tan perfecto que parecía un Playback de Bustamante. Con dos guitarristas con apego por el Blues, sección de viento que bailaba con una coordinación de ingeniería periodística y los correspondientes bajista y batería haciendo las delicias de los amantes del ritmo. Mientras, evaluábamos la posibilidad de que el cantante fuera otro japonés del estilo anterior (educado, tranquilo, etc.). Para variar nos equivocamos de pleno. Nakata Ryo sale como una especie de ciclón que no deja de chillar por cada esquina del escenario, bailando hasta cansar a los chavales de Fama e imitando a James Brown en la tan famosa tijereta abre piernas que hacía en sus conciertos. Tras un derroche de energía que nos borró de un plumazo lo inusual de la formación, una sorpresa más: Nakata domina el órgano a la perfección, aunque de vez en cuando no controle el nervio y se levante para aporrear cualquier cosa que sirva de percusión.
Y así fue marchando el tema, canciones de James Brown, composiciones de los propios Osaka, una increíble versión del “Walk On By“ de Isaac Hayes y una agradable sensación final mientras uno por uno los músicos se despedían con un treinta por ciento más de las reverencias habituales. Compra y firma de algún disco al terminar, y un bailable (a la par que lamentable en nuestro caso) “Blame It On The Boogie” de los Jackson Five sonando en la sala. Atrápenlos vivos si pueden. Como decía Nakata durante todo el concierto: “Always From Japan”.
2 comentarios:
Ya está, mi comentario.
Es que no tengo nada que comentar.
A no ser que diga; que pedazo de concierto que presenciamos y bailamos. Como nos tienen acostumbrados. Una buena ráfaga de funky.
Hola Funkefra, con ese nombre te veo acompañando a los Sweet Vandals incluso por su gira Toledana o Marsellesa.
Estoy de acuerdo contigo sobre este gran concierto, aunque me comentan que tú estabas a otros menesteres.
Debido a tu pasión por estos ritmos te nombro informador oficial de saraos Funkis de garajeland.
Saludos.
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